El pasado viernes, día 27 de mayo, en el Salón Parroquial de San Félix de Valois, a las nueve de la noche, tuvo lugar la Asamblea General de Maranatha, convocada por la Asociación Socio-Cultural del mismo nombre, para dar cuentas detalladas de los ingresos obtenidos en las cuatro representaciones llevadas a cabo este año en el Teatro Infanta Leonor de Jaén.
En la Asamblea se acordó el reparto de los beneficios obtenidos, que irán destinados a obras sociales, entre ellas, queremos destacar:
-Ayuda a la Parroquia que nos acoge, San Félix de Valois.
-Ayuda al comedor de Belén y San Roque.
-Ayuda al comedor de San Ildefonso.
-Ayuda a la Casa de Acogida.
-Ayuda damnificados del terremoto de Lorca.
-Ayuda a Haití y El Salvador.
-Ayuda a Cáritas de Jaén.
-Ayuda a Cáritas de Úbeda.
-Coste de sus Niños apadrinados en Madagascar.
-Ayuda a Asociaciones de enfermos.
-Así como socorrer a cuantos casos particulares se nos soliciten o presenten.
El domingo, día 29 de mayo, a las doce, en la parroquia de San Félix, celebramos la misa conmemorativa, con la participación de diferentes miembros de la Asociación y del Grupo de Teatro Santa Cena. Para tener, a las dos, una comida de amistad en el restaurante Ruta del Sol. En la misma, el Presidente de Maranatha, Ramón Molina, entregó placas de gratitud a D. Santos Lorente, párroco de San Félix y director espiritual de la Hermandad de la Santa Cena, por su apoyo y la facilidad que nos da para el uso de los salones parroquiales. A Pepe Paulano, como testimonio de gratitud por su especial ayuda y colaboración. Y a José Ramón Molina Hurtado, por el hecho de haber representado este año el personaje de Jesús de Nazaret a la justa edad de 33 años. También se hicieron entrega de diplomas a cuantos han participado este año en la obra y han hecho posible que Maranatha se continúe representando y haya podido cumplir Treinta Años de Historia. Finalmente se hicieron entrega de regalos especiales, con dosis de humor, que recibieron aquellos que se destacaron este año por algún hecho simbólicamente particular.
Y así, en un clima distendido, alegre y de unidad, nos despedimos con la ilusión de volvernos a encontrar para continuar con nuevas actividades y proyectos y seguir en nuestra lucha de evangelizar y ayudar a los más necesitados. Y todo, hasta que Dios quiera.
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