ANTONIO ÁLVAREZ SASTRE HA FALLECIDO

No pudo ser. Nuestro ánimo no fue suficiente. Nuestro amigo Antonio Álvarez decidió reclinarse en el pecho de Jesús, hacerse su discípulo amado y tomar parte en la eterna cena de su mesa.

Seguro que el Señor no le habrá puesto objeción alguna. Sabía muy bien que lo amaba desde la Cena de su Cofradía, que era verdadero hermano de sus hermanos de blanco y rojo, que quería a su esposa con toda su alma y a sus hijos y nietos con todo el amor de su noble y grande corazón. Sabía que lo había representado desde Resurrexit con entrega ejemplar, con ilusión infinita, con excepcional orgullo; sabía que también, desde Maranatha, lo había predicado con valentía y majestuosidad a cuantos llenaron el teatro. Dios sabía, en definitiva, que Antonio Álvarez Sastre era un apóstol de nuestro tiempo que llevaba las manos llenas de paz, sacrificios y esperanzas.

María Santísima de la Caridad y Consolación, la Madre bendita y sencilla de Nazaret, ya lo ha llevado a la presencia de su Hijo para que Él, nuestro Jesús Salvador, el que salva, lo haya salvado de la muerte y viva para siempre, no sólo en nuestros corazones, sino en la comunión de los santos.

Antonio Álvarez decidió cumplir su camino a la vida eterna el pasado 11 de febrero, viernes. Descanse en paz e interceda por nosotros para que seamos todos un poco mejores.